miércoles, 31 de octubre de 2012

LA NUTRICIÓN Y SUS DIENTES




LA NUTRICIÓN Y SUS DIENTES

Una buena alimentación no es solo importante por los nutrientes que aporta a nuestro organismo y que nos brindan energía, sino también para mantener nuestra buena salud oral, libre de enfermedades en dientes o encías.

Además, la relación entre nutrición y salud oral se da también viceversa, es decir, dependiendo del buen mantenimiento de nuestros dientes y encías aprovecharemos en mayor o menor grado los diferentes alimentos que ingiramos.

Por ello, en primer lugar debemos tener especial cuidado con los alimentos ricos en azúcares, causantes de las caries y posteriores complicaciones dentales.

Las proteínas son importantes al momento de la formación dentaria.
Una deficiencia de proteínas como pasa en la desnutrición tiene como consecuencia un marcado retraso en la erupción de los primeros dientes del bebe, también llamados dientes de leche.

Además, al pasar los años, los dientes de estos niños son mucho más vulnerables a desarrollar caries.

El calcio, la vitamina D y el flúor son otros de los componentes muy importantes para el fortalecimiento de los dientes, ya que juegan un papel preponderante durante su calcificación.

La falta de vitamina D influye en el orden en que nacen los dientes, pudiendo generar problemas dentarios. Mientras que el flúor se encarga de endurecer el esmalte, evitando así las caries.

Además de los alimentos ricos en azúcares y almidones, la frecuencia de los bocadillos entre comidas influye en la aparición de las caries.

Cuando ingerimos un alimento, en nuestra boca se liberan ácidos que atacan a los dientes durante un período de 20 a 40 minutos.

Cuantas más veces comamos, más posibilidades tenemos de sufrir de caries.

Felizmente, las medidas tomadas por los departamentos de salud de la mayoría de países del mundo han logrado reducir la incidencia de caries en niños.

Esto se debe a la introducción del flúor en el agua potable, cuyo resultado más alentador revela que de cada 10 niños, más de 6 no presentan caries.

Durante muchos años, el objetivo principal de la salud bucal fue prevenir las caries dentales en los niños, enfatizando las influencias que tenía la dieta en la formación de las caries.

Sin embargo, en la actualidad, la prevención centra su atención en el flúor, la utilización de selladores, la frecuencia de la alimentación y una buena higiene bucal.

A medida que evolucionó la ciencia, algunos alimentos específicos dejaron de ser acusados como los principales factores en la formación de caries. Sin embargo, los patrones de alimentación y las opciones de alimentos pueden ser factores importantes en la formación de caries.
Todo lo que se come pasa por la boca, donde los hidratos de carbono pueden ser utilizados por las bacterias de la placa dental para producir ácidos capaces de dañar el esmalte dental.

La placa es un depósito casi invisible de bacterias y de los subproductos que constantemente se forman en los dientes de todas las personas.

La placa retiene los ácidos en los dientes. Después de varios ataques similares, el esmalte dental puede romperse, formando una caries. Los factores que intervienen en la acumulación de placa bacteriana o en la producción de ácidos incluyen:

La frecuencia de las comidas. Cada vez que se consumen alimentos que contienen hidratos de carbono, se liberan ácidos que atacan los dientes durante aproximadamente 20 a 40 minutos.

Cuánto mayor sea la frecuencia de las comidas, mayores serán las oportunidades de producción de los ácidos.

Características de los alimentos. Algunos alimentos suelen trabarse o pegarse a los dientes.
Aunque se pueda pensar que no son pegajosos, los almidones cocidos, como por ejemplo, las papas fritas o galletas saladas son los primeros de la lista de alimentos pegajosos.

El hecho de que el alimento sea ingerido como parte de una comida o no. La producción de saliva aumenta durante una comida para ayudar a neutralizar la producción de ácidos y despejar la comida de la boca.

Los almidones también pueden causar caries. Todos los almidones, el pan, las galletas saladas, pasando por los azúcares de la fruta, la leche, la miel y la azúcar refinada, pueden producir los ácidos que dañan los dientes.

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